Creo firmemente que, cuando se hablan de conceptos metafísicos como el tiempo o el caos, todos tenemos una idea general de qué es, pero cuesta ponerlo en palabras exactas. Y mucho más cuando se trata de un concepto todavía más complejo como lo es el amor. Todos queremos darle un significado propio. Aludimos a la poesía o a la filosofía, lo que de a poco genera tantas definiciones que cada vez se vuelve más difícil responder a la pregunta ¿qué es el amor?
Pero, ¿y si le preguntáramos a la ciencia? Me arriesgo a decir que, para cuestiones científicas, la mejor expositora del tema es la neurocientífica Stephanie Cacciopo (Ortigue, en su nombre de soltera), autora del libro Wired for Love en donde relata todo su enamoramiento y relación con su esposo John a través de elementos neuronales.
Para ella todo empieza con la liberación de ciertas hormonas. La liberación de la dopamina provoca una gran sensación de euforia acompañada por el sonrojo, el latido rápido del corazón y nerviosismo por parte de la adrenalina. Se intenta imitar a la persona de la que nos enamoramos gracias a las neuronas espejo. La oxitocina, usualmente llamada “hormona del amor”, termina por ser nuestra cereza del pastel, elevando los deseos sexuales y la pasión en la relación.
Pero eso es meramente con el enamoramiento. Cuando hablamos de amor, amor real las cosas puedes ser algo diferentes. Los niveles de oxitocina aumentan, pero nos llevan a actuar de una forma diferente a la etapa de enamoramiento. Aunque el deseo sexual se mantiene, crecen más nuestros deseos de formar un vínculo. Nuestros propios comportamientos cambian y hace que sentamos más apego por nuestra pareja.
¿Y por qué sentimos amor? Según la científica en una entrevista que dio para el New York Times, el amor es una necesidad biológica casi al mismo nivel que el agua o la comida. Claro, alguien puede vivir sin amor, pero no por eso deja de ser importante. Bastaría con ver la pirámide de Maslow: el amor no cubre un solo eslabón de la pirámide (Necesidades Sociales) como anteriormente se creía, sino que todos sus componentes cubren al menos tres: Necesidades de Seguridad y Protección, Necesidades Sociales y Necesidades de Reconocimiento.
Lo importante es reconocer que el amor es lo opuesto a la soledad y que el amor no tiene que ser con una persona: puede ser con varias como lo que pasa en la poligamia o puede ser un amor fraternal o amistoso. Puede ser el amor hacia un animal, amor hacia una actividad, un trabajo o, puede ser que más importante, hacia ti mismo.
Al final lo que hace la ciencia con este tema siempre es querer explicar con datos duros, razón y lógica todo lo que sentimos cuando estamos enamorados. Y, aunque sea importante y bastante interesante explicar todo desde una perspectiva científica, también nos podemos remontar a lo que el autor checoslovaco Milan Kundera en su libro La insoportable levedad del ser: “Allí donde habla el corazón es de mala educación que la razón lo contradiga”.