“Como sociedad nos hemos acostumbrado: ya las cifras no nos impactan”
Yadira González
Las desapariciones forzadas en nuestro país han generado la existencia de fosas clandestinas y fue a partir de 2006 con la famosa “guerra contra el narco” cuando este fenómeno se elevó significativamente a nivel nacional, pues hasta el año de 2021 México tenía registro de 44 mil 814 fosas clandestinas aunadas a las 2,863 registradas entre el período de 2018 hasta hoy. Sin embargo, estas cifras son superadas por diversos factores como la impunidad, o falta de información actualizada por parte de las autoridades, etc.
Pero ¿qué es una fosa clandestina? y ¿por qué debería de importarnos? porque se trata de sitios en donde una o más personas son enterradas de forma anónima y/o ilegal evitando que las autoridades puedan sancionar e investigar las razones de inhumación “en su mayoría a manos del crimen organizado» aunque cabe considerar que “la inhumación clandestina de personas […] tiene la finalidad de que los cuerpos sean encontrados y, a través de ellos, difundir terror y hacer alarde de la impunidad con la que se puede actuar en México.”[1]
Si bien la CNB comenzó a documentar los hallazgos en 2019 con el fin de tener un acercamiento sobre el diagnóstico nacional de este tipo de fosas, cabe señalar que esto se ha derivado de Recomendaciones realizadas por parte de autoridades internacionales al Estado mexicano, quienes se han allegado de la información proporcionada por todas aquellas organizaciones de la sociedad civil, asociaciones de familiares de personas desaparecidas forzosamente, y demás testimonios que han hecho posible poner en foco de atención lo acontecido con la desaparición forzada y las fosas clandestinas.
El fenómeno de desapariciones forzadas y fosas clandestinas da a conocer que “la violencia acontecida en la fosa […] no se trata en absoluto de bandos de ideales políticos, se trata de mostrar quién o quiénes son aquellos que controlan el derecho de dar la muerte y tienen, por ello, la oportunidad de administrar la vida, de regular el espacio de vida, de dar o quitar espacio a los muertos, de someter al olvido a colectivos e individualidades” [2]
Lo anterior denota que lamentablemente las personas estando vivas o muertas continúan siendo tratadas como un número más o, “desaparecen dos veces” del registro oficial como lo ocurrido con el Censo de la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada.
Karen S. Rodríguez
[1]González, Denise, et al. Violencia y terror, Hallazgos sobre fosas clandestinas en México 2006-2017, Universidad Iberoamericana, 2019.
[2]ibidem
