“Si tenemos derecho a nacer y vivir dignamente ¿por qué no tenemos derecho a
morir dignamente?”
En México la eutanasia está penada por la Ley General de Salud, sin embargo, en
años recientes, la cámara de diputados se ha mostrado abierta, permitiendo la
práctica de la voluntad anticipada, en la que el paciente deberá dejar por escrito
como es que quisiera proceder en caso de un coma o una muerte encefálica.
Esto es un gran avance en el ámbito de los derechos de los pacientes pues se les
da la oportunidad de elegir que hacer en caso de que se llegara a encontrar en esta
situación, se recomienda que esta decisión esté testada puesto que de lo contrario
el destino del paciente se llevará respecto a lo dictado en el artículo 445 de la Ley
General de Salud la cual dice que la decisión recaerá en la familia. Concepto que a
mi parecer es un arma de doble filo, por que aunque si se incluye este concepto de
darle mayor importancia a la decisión del paciente si este no dejó estipulado por
escrito que es lo que quisiera hacer, todo terminaría recayendo nuevamente en la
familia.
Existen diversos tipos de eutanasias, sin embargo, las conocidas o comentadas,
son la eutanasia activa y la eutanasia pasiva, la primera es comúnmente conocida
como suicidio asistido en la que el médico proporcionará las herramientas al
paciente para que de manera indolora este pueda tener una muerte digna. Y la
segunda es la interrupción de los cuidados paliativos al paciente.
Ambas actualmente, están penadas en México y es insensato que hoy en día, la ley
siga penando la eutanasia cuando la penalización de esta es un claro ejemplo de
violación del derecho del paciente a una muerte digna. Esta práctica es un acto de
humanidad para una persona que en su realidad ya no está viviendo de manera
digna, pues por enfermedad o cualquier otra razón se encuentra en una agonía
constante ya sea psicológica o física. Entonces, si tanta importancia le damos a
tener una vida digna porque no darle la oportunidad al paciente de que decida sobre
una muerte indolora y que no merme su dignidad.