El “Mijis” murió y con él uno de los representantes verdaderos de lo que es hoy México.

Hoy, 2 marzo el cuerpo del «Mijis» fue identificado por su familia en el SEMEFO de Ciudad Victoria, las búsquedas de su familia por encontrarle con vida han fracasado y México ha perdido a un gran activista que las juventudes realmente necesitaban.

En este entendido, es de gran tristeza que ante esta noticia, las redes sociales se mofen y burlen de esta situación, alegando que seguramente murió por «andar en malos pasos» o que «se paso de botellas», lamentablemente estos actos discriminatorios no empezaron ahora, sino que desde que se anunció hace algunos ayeres su candidatura para representar a los y las potosinas, una gran parte de la población se lanzó en burlas atacándole justificándose con que «tenía una imagén poco agraciada» y hasta de delincuente le acusaban.

El «Mijis» quizás fue uno de los representantes más verdaderos que hemos tenido en los últimos años, a diferencia de otros personajes, no era famoso por salir en televisión y tampoco gozaba de un gran patrimonio económico que le permitiese lanzar su propia candidatura, el «Mijis» se ganó su candidatura con activismos puros y reales, trabajando con las juventudes en una cruzada contra el pandillismo y la drogadicción en uno de los sectores más importantes de la población.

Pedro Carrizales, ofrecía una perspectiva diferente al de los representantes tradicionales, el verdaderamente había padecido y sufrido los males contra los que luchaba y desde una visión diferente a la general, práctica y útil, una perspectiva real que en lugar de valorarse y estimase, solo genero burlas indiscriminadas.

Su misma muerte se dio precisamente luchando, indagando uno de los peores males de nuestro México como lo son las redes de tratas de personas nutridas por las rutas de migrantes en el país. Desaparecido casi un mes y encontrado su cuerpo tras sufrir un supuesto «accidente», el señor Pedro César Carrizales luchó por años contra estos males que preferimos no ver y de los que preferimos no hablar.

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