No hablemos de esto porque me da amsiemdad.

La ansiedad para la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) la
define como una emoción que se caracteriza por sentimientos de tensión, pensamientos
angustiantes y cambios físicos como el aumento de la presión arterial.


Hay distintos tipos de ansiedad para la Organización Mundial de Salud: Trastorno de
ansiedad generalizada, caracterizado por una preocupación excesiva; Trastorno de pánico,
cuando la persona padece ataques de pánico; Trastorno de ansiedad social, con miedo y
preocupación excesivos en situaciones sociales; y el trastorno de ansiedad de separación,
que es el miedo excesivo o la ansiedad ante la separación de aquellos individuos con
quienes la persona tiene un vínculo emocional profundo.


En definitiva, hablar de ansiedad es hablar los sentimientos y de pensamientos individuales,
pero debemos de proponerlo como un caso colectivo, ya que en México según los datos
presentados en el 2° Diagnostico Operativo de Salud Mental y Adicciones, presentado por
la Secretaría de Salud, estima que del 81.4% de las personas que no reciben una atención
apropiada, las personas que padecen de ansiedad representan un 85.9%.

Demostrando así que no se está brindando ninguna atención a quienes sobrellevan las situaciones.
Por otro lado, ciertamente que estas cifran pudiesen o no haber aumentado tras la pandemia
por la SARS-CoV-2 COVID 19, pues ciertamente fue un hecho que no se esperaba tanto a
nivel global como personal. La incertidumbre de lo que fuere a pasar o ahora cuidar más de
las personas que se encontraban a tu alrededor, tomar una consciencia para con las personas
que convivíamos directa o indirectamente en el trabajo, en el transporte público, en un
centro comercial, en un restaurante, en el banco, etc.


Sí, fue algo muy complicado porque también ahora cambiaron las acciones que era del día a
día, lo cotidiano de no ir con cubrebocas por delante para ir a comprar a la tienda de la
esquina, o que eso determinara o no la entrada a un establecimiento para hacer las
actividades cotidianas, que podría significar el bienestar o el malestar de tu familia y
amistades.


¿Pero entonces, todos sufrimos de ansiedad?
Respondiendo a esta interrogante, la respuesta más clara es que es sí, todos padecemos de
ansiedad. Sin embargo, depende también del grado y la frecuencia, ya que es natural vivir situaciones que nos estresen o se nos ponga en una situación o experiencia incómoda para cada persona.

La diferencia entonces es que si estos miedos son permanentes y te consumen más tiempo
de lo que deberían, eso ya sería una patología o una anormalidad. En el día a día
convivimos con ella, de una manera muy consciente o no, pero cuando esta ya es más
intensa ahí, es cuando ya deja de ser sano para convertirse en algo que tiene que ser
revisado por personas especialistas en el tema.


Pero entonces, volvemos a lo que anteriormente se ha planteado, verlo como una
problemática social, ya que no siempre las consultas y/o tratamientos son económicos o
costeables para cierto sector de la población. Ahora el punto será entonces, ¿cómo podemos
ayudar a las personas? Podríamos iniciar siendo más críticos con el uso (a veces)
desmedido y desentendido de la palabra; tener empatía para quienes nos externen su estado
y no agredirles física o verbalmente cuando un ataque les de.

Por último, recomendaré una canción de la banda madrileña Ginebras titulada “ansiedad” ,
de su disco “¿Quién es Billie Max?”. Donde externan su sentir, su experiencia antes este
trastorno. Les comparto el enlace en YouTube, pero está disponible en todas las plataformas
de streaming de música https://www.youtube.com/watch?v=RaNAAArVuEM

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